Bueno. Todo estará bien. Prometo que voy a reponerme. Me comprometo a ser fuerte. Pero no puedo prometer ser fuerte, sin tratar de serlo. Estoy desgarrada. Mi corazón siempre sera como un documento suavizado, siempre será así, siempre con sus cicatrices. Todo esta bien. Realmente, podría ser nada. Tan solo son sentimientos. Los sentimientos de un corazón herido. Soy fuerte. Bueno, creo que puedo serlo. Creo que puedo. El tiempo lo cura todo. ¿No hay cura? Bueno, no sé. Pero todavía estoy tratando de engañarme a mí misma entonces, seguro que puede curar cualquier dolor, sin cicatriz, sin decepción. Nadie tuvo que decirme que no era fácil. Aprendí que la vida no es nada fácil. Nadie me enseño que tengo que caer y ser capaz de construir un muro en mi corazón.

Yo, lo aprendí yo. He aprendido de los errores. He aprendido a caer. No puedo bloquear mis sentimientos. Por mucho que quiera, la lucha ya no ayuda. Todavía lo siento, seguirá siendo importante para mí, sigo haciéndome daño. Siempre lo hago. Regalo decepción para todo aquel que tiene un corazón. Nadie me enseño a ser fuerte. ¿Cómo superarse? ¿Cómo acabar con todo el dolor que siento? ¿Cómo recomponerme? ¿Cómo sonreír de verdad? Creo que son las respuestas que realmente se necesitan para aprender solo. Y yo solo tengo una respuesta coherente para todas ellas. ÉL. Él es todo lo que necesito para averiguarlas. Voy a ser fuerte. Te lo prometo. ¿Y mi corazón? Pues siempre seguirá ahí, escondido, hasta que regreses y lo salves una vez más. Te prometo que voy a estar bien, por ti, por todo lo que nos queda por vivir. Juntos. Es la única opción que me queda.
Te lo prometo.